Capítulo 9. 3. El Alma Joven.
La
Pérdida de un Niño.
El Anillo del Destino representa un ciclo de vida, muerte y
renacimiento. Para el alma, los niños juegan un papel vital en su regeneración
de la vida. ¿Cuáles son las implicaciones espirituales cuando este organismo,
altamente funcional, muere antes de que siquiera haya empezado? Me han escrito
padres afligidos por la pérdida de sus hijos, preguntando sobre el significado
que rodearía la muerte prematura de esos niños, y estas cartas siempre tienen
difícil contestación. Aquellos de nosotros que no han pasado la agonía de la
pérdida de un hijo sólo pueden imaginar el dolor sufrido por sus padres.
Algunas personas que pierden un niño, llegan a la conclusión, errónea, de que
su terrible pérdida es el resultado de una deuda kármica que deben pagar debido
a algún desafuero, en una vida anterior, que involucró el abuso de menores.
Si
el niño perdido fue un adolescente, o más mayor, las fuerzas kármicas que le
llevaron a la muerte, habitualmente, se relacionan directamente con el joven, y
no tanto con los padres. Es más, aún cuando la muerte de un niño más joven implique
kármicamente al padre, esta lección no significa, automáticamente, que éste
perpetrara maltrato sobre niños en una vida anterior. La lección puede haber
sido el resultado de muchos otros elementos, incluyendo una acción indirecta.
Uno de mis clientes, que vino a verme un año después de la muerte de su hija de
ocho años, retaló la siguiente historia durante su sesión.
Era
una acaudalada matrona, en el Londres del siglo XIX. Prestaba poca atención al sufrimiento de los
jóvenes abandonados en la calle de mi casa. Cruelmente, hacía caso omiso de su
difícil situación, porque no eran mis hijos, para mí, esa era responsabilidad
de sus padres, o del estado, y no tenían nada que ver conmigo. Lo veía de
aquella forma, aún cuando tenía dinero bastante como para sostener un orfanato,
o una, casa segura para madres solteras jóvenes, que tenía cerca de mi casa. Sabía
que esos servicios luchaban por cambiar las cosas, y no hice nada al respecto.
Entre vidas, decidí corregir mi insustancial camino. Estuve de acuerdo con
afrontar la experiencia, angustiante, de amar a mi propio hijo, y perderlo.
Dios, qué dolor, pero estoy aprendiendo a sentir compasión.
Con los años, me ha llegado mucha
información sobre el alma y la mortalidad infantil, información que puede
proporcionar algún consuelo a las madres que sienten remordimiento por las
acciones, voluntarias o involuntarias, que subyacen en la pérdida de un niño por
nacer. Esta información incluye, tanto al aborto, como a la pérdida
involuntaria. Por favor tenga en cuenta, durante la revisión de este material,
que la causa y el efecto kármico relacionado con los más tempranos incidentes
de la vida pasada son específicos para cada relación padre, hijo. Mi intención
es dar al lector algunas interpretaciones generales, adquiridas a partir de
muchos informes de mis clientes.
Debo
empezar por poner de manifiesto que, jamás he tenido un solo caso en el que el
alma se una al feto en el primer trimestre de gestación. La razón por la que
las almas no empiezan la compleja fusión con un feto, por debajo de los tres
meses, es muy simple, en esta etapa no hay suficiente tejido cerebral para
trabajar. Tengo una amiga querida, que es enfermera en el departamento de
ginecología y neonatos del hospital más grande de Oregon. Cuando me escuchó
hacer este comentario en un programa de la radio nacional, llamó para decirme,
"Michael, ¿por qué no dejas, a esos pequeños, tener su alma?" Estaba claramente
molesta conmigo por la pregunta sobre quién tiene, o no, alma, si un bebé no
llega a término. Empecé diciéndole algo al respecto, como que yo no fijé las
reglas, por lo que no debía castigar al mensajero. Sospecho que esta cuidadora
de bebés, que ha visto a muchos no sobrevivir y dejar el hospital, siente que,
para el momento de la concepción, un feto con identidad de alma de algún modo
recibiría más consuelo espiritual que en el caso de no tenerla.
Le
dije a mi amiga que hay una conciencia de amor universal rodeando a todos los
bebés no nacidos. La fuerza creadora de la existencia jamás se separa, de forma
alguna, de la energía viviente. Un feto puede vivir como entidad individual sin
tener, todavía, la identidad del alma inmortal. Si una madre aborta a su hijo
en el primer trimestre, hay amorosas fuerzas espirituales rondando cerca para
confortar a esa madre, y velar por el niño. Me han contado que, aún en casos de
pérdidas involuntarias, y abortos entre los cuatro y nueve meses, las almas
pueden estar en el lugar para ayudar tanto a la madre, como al bebé, en una
forma física más directa, es decir, con energía. Las almas saben con
anticipación las probabilidades de que un bebé llegue a término.
Por
ejemplo, si una mujer embarazada pierde su bebe porque cae por unas escaleras,
digamos en su séptimo mes, no estaría preordenado el que sufriera esa caída.
Existía, también, la posibilidad de que, en ese particular día, en ese cierto
momento de tiempo, decidiera en el último minuto no bajar las escaleras. Sin
embargo, si una joven, no casada, está embarazada y decide abortar a su hijo
porque no es deseado, las posibilidades son altas de que éste era,
probablemente, un suceso significativo de elección. Esas dos interpretaciones
de causalidad son, por supuesto, hipotéticas. No obstante, varios escenarios de
sucesos significativos en nuestra vida se conocen con anticipación cuando
escogemos ciertos cuerpos en el Anillo. Todos tienen para nosotros, implicaciones
kármicas y propósito.
Las
almas no se asignan al azar, a los bebés. Cuando una madre pierde a su hijo,
por cualquier razón, he encontrado que las probabilidades de que el alma de ese
bebé retorne de nuevo a la misma madre, en su próximo hijo, son bastante altas.
Si
esa madre no da a luz a otro niño, el alma puede retornar en otro miembro
cercano de la familia, porque esa era la intención original. Cuando una vida es
corta, las almas las llaman, vidas de
relleno, y ellas también tienen propósito para los padres. He aquí un
ejemplo:
Me uní
a un feto de cuatro meses para una existencia de tres. Durante este tiempo, mi
madre necesitaba sentir la energía de mi alma para saber que, dar y perder una
vida, es algo muy profundo. No deseaba que la tristeza de perderme le impidiera
tener el coraje de intentarlo de nuevo. Sabíamos que el feto no llegaría a
término, pero había gran probabilidad de un segundo hijo, y deseaba esta
asociación. Ella no supo que una vez fui su hijo, y ahora soy su hija. Pienso
que fui capaz de suavizar su amargura y pesar, enviando a mi madre pensamientos
reconfortantes en la quietud de todas las noches entre sus dos embarazos.
Como
mencioné en la sección sobre compañeros espirituales en el capítulo 7, cuando
los bebés y los niños pequeños mueren, sus almas, normalmente, no regresan al
mundo espiritual solas. Los guías espirituales, cuidadores de los niños, o un
miembro del grupo de almas del niño, frecuentemente se implican en reunirse con
él, justo al nivel de la Tierra. Si un padre muere al mismo tiempo que su hijo
pequeño, permanecerán juntos, como se recoge en la siguiente cita:
Después
de que mi hijo y yo fuéramos muertos por bandidos, (en Suecia, 1842), le
reconforté cuando nos elevamos juntos. Como era muy joven, al principio estaba
desorientado y confuso. Le sostuve cerca, y le dije lo mucho que le amaba, y
que íbamos a casa. Como subimos juntos, le dije que pronto nos reuniríamos con
nuestros amigos, y nos separaríamos por un rato antes de reunimos de nuevo.
La
Asociación Cuerpo-Alma.
El
proceso del alma, uniéndose a un niño no nacido, es el fin apropiado para las
historias de los casos que he presentado. El alma está ahora lista para embarcarse
en otra aventura de reencarnación, con esperanzas y expectativas para un nuevo
y fresco papel en la vida. La asociación entre la mente física y la etérica, que
guía a todos los seres humanos dentro del mundo, puede ser suave, o dura como
una roca, en los estados de ajuste temprano de la infancia. Aun así, es el
resultado final, y cómo terminamos el curso, lo que de verdad cuenta.
Durante nuestra vida, alma y cuerpo se
encuentran tan entrelazados que la dualidad de expresión puede confundirnos
hasta el punto de hacernos dudar de quién somos en realidad. La complejidad de la
asociación (cuerpo, alma), representa una alianza de largo tiempo de evolución
que se remonta, quizás, hasta finales del Pleistoceno, era geológica en la que
los humanoides del planeta se consideran adecuados para la colonización del
alma. Las secciones más primitivas de nuestro cerebro moderno, herencia de
aquellos tiempos, todavía permanecen operativas como mecanismo de
supervivencia. Algunas personas, como Kliday, en el caso 36, admiten contactar
con zonas primitivas del cerebro cuando entran en el feto. Estas son las áreas
que controlan nuestras reacciones viscerales y físicas, que son más instintivas
y emocionales que intelectuales. Algunos de mis clientes han dicho que unos
pocos de los cerebros, a los que se unieron, parecían más primitivos que otros.
El ego se ha definido como, la individualidad
del Ser concebido como una sustancia espiritual, sobre la cual se superpone la
experiencia. La psiquis definiría al alma, pero hay un ego, de algún tipo,
relegado al cerebro, que experimenta el mundo externo a través de los sentidos
que gobiernan la acción y la reacción. Es a este organismo funcional, creado
antes de la llegada del alma, al que debe unirse ésta dentro, de la madre. En
cierto sentido, hay dos egos actuando aquí, y esto se me hace más evidente
durante las regresiones, cuando llevo a mis clientes al Anillo del Destino y,
posteriormente, cuando se unen al feto. Es en el feto donde la asociación,
cuerpo y alma, comienza realmente.
El alma y el cerebro de
un recién nacido, parecen comenzar su asociación como dos entidades separadas y
diferentes, que luego se convierten en una mente. A algunas personas les
molesta que mi postura de dos entidades, o dualidad de cuerpo y espíritu,
signifique que, mientras el carácter inmortal de las almas sigue viviendo, la
personalidad temporal del cuerpo, muere. Sin embargo, fue el alma, en armonía
con la mente de un cuerpo, lo que creo la personalidad única del, Ser, como
individuo. Aunque el organismo físico, el cuerpo o anfitrión, muera, el alma,
huésped que moró en dicho cuerpo, nunca olvida al anfitrión que le permitió
experimentar la Tierra en momento, y lugar, particulares. Ya hemos visto cómo
las almas pueden recordar, y recrear, quiénes fueron, en determinadas líneas de
tiempo.
Todo cuerpo físico tiene su propio
diseño, único, y los conceptos, ideas y juicios de cualquier mente humana se
relacionan, directamente, con el alma que lo ocupa. Me esforcé en mostrar en
los capítulos 3 y 4, cómo algunas combinaciones cuerpo yalma trabajan más
eficientemente que otras. Los psicólogos no saben por qué, una emoción intensa
puede ocasionar un comportamiento irracional en una persona y, en otra,
acciones afrontadas con lógica. Para mí, la respuesta subyace en el alma.
Cuando la asociación, cuerpo y alma, se está desarrollando en el feto, del
cuerpo actual de un cliente, escucho valoraciones sobre circuitos cerebrales
fínamente sintonizados o, por el contrario, ligeramente revueltos. Los
comentarios de un alma de nivel 5, acerca de su entrada en un cuerpo, son instructivas
en términos de conexiones.
No hay
dos cerebros construidos, precisamente, de la misma forma. Cuando inicialmente
entro en el vientre de mi madre, toco gentilmente el cerebro. Floto, buscando, sondeando,
investigando. Es como ósmosis. Sé, inmediatamente, si este cerebro va a ser de
trato suave o agitado en nuestra mútua comunicación. Recibiré los sentimientos emotivos
de mi madre, más que pensamientos claros durante el embarazo. Así es como sé si
el bebé es, deseado o no, y esto marca la diferencia entre un buen o mal
comienzo de la vida de un bebé.
Cuando
entro en el feto de un bebé no deseado, puedo propiciar un cambio positivo
mediante el vínculo energético con el niño. Cuando era alma joven, podía quedar
atrapado con la alienación de los padres y, tanto el bebé como yo, sentíamos la
separación. He trabajando con bebés durante miles de años y ahora puedo manejar
cualquier clase de niño que me asignen, y por tanto, ahora, los dos juntos
cumplimos la realización plenamente. Tengo demasiado trabajo que hacer en la
vida como para ser retrasado por un cuerpo que no llegue a ser perfecto para
mí.
Cuando las almas alcanzan el nivel 3, la mayoría son capaces de hacer ajustes
rápidos una vez dentro del feto. Un cliente me dijo contundentemente,
"cuando un alma compleja, altamente avanzada, se combina con un cerebro perezoso,
es como si se enganchase un caballo de carreras a uno de labranza".
Normalmente mis clientes expresan estos sentimientos sobre los cuerpos de
manera más respetuosa. Hay razones kármicas para toda combinación de cuerpo y alma.
Igualmente, un coeficiente intelectual alto no indica, necesariamente, un alma
avanzada. No son los coeficientes intelectuales bajos, sino las mentes
perturbadas e irracionales, las que plantean problemas a las almas menos
experimentadas.
Por lo que respecta a las combinaciones
del cuerpo con el alma, la opciones se nos ofrecen de buena fe, para variedad
de diseños vitales. Las elecciones de cuerpo en el Anillo nunca se usan para entramparnos
en algo inadecuado a nuestro desarrollo. La esfera de Selección de Vida no es
un departamento de venta de mercadería averiada. Los planificadores, o
proyectistas, no tienen interés alguno en sorprender a un alma ingenua con
cuerpos de, "baja calidad". Existe propósito, para ambos egos, en
cada asociación de cuerpo y alma. Aunque el cuerpo deleita al alma, como medio
de expresión tanto física como mental, también puede traer mucho dolor. La
lección de esta fusión es forjar una armoniosa unificación del cuerpo y del alma
de manera que funcionen como una unidad. Tengo dos perspectivas que ilustran
esta colaboración.
Soy un
alma volátil, con tendencias atropelladoras, y prefiero cuerpos agresivos, con
temperamentos que complementen mis tendencias. Llamamos, a esta clase de
combinación de imágenes reflejadas un, doble doble. Nunca puedo bajar la
velocidad. Debo admitir que, los cuerpos tranquilos, con mentes no combativas,
me calman pero luego tiendo a hacerme perezoso, y complaciente.
Me
siento cómodo con anfitriones emocionalmente fríos. También amo a las mentes
analíticas, de forma que podamos tomarnos tiempo antes de afrontar ciertas
cosas. Estar dentro de Yein, es como si montara en una montaña rusa. Es tan irreflexiva,
metiéndose en situaciones, quiero decir que trato de frenarla, pero consigue
escapar del control trayéndonos mucho dolor. Aún así, también hay mucha
alegría. Es abrumadora. Pero, ¡qué cabalgada tan salvaje!
Ciertas combinaciones de cuerpo producen vidas frustrantes y retos muy
difíciles. Sin embargo, sólo un par de veces, en todo el ejercicio de mi
profesión, he tenido almas que admitieron pedir ser reemplazadas de un feto que
encontraron imposible de ajustar en forma alguna. En ambos casos, otra alma
tomó su lugar antes del octavo mes. Un cambio prenatal, debido a
incompatibilidad, es un caso extremadamente raro porque, precisamente, para
evitar esto existe el salón de Selección de Vidas.
En el capítulo 3, en
donde abordé el tema de la gente que se involucra en actos de maldad, expliqué
cómo el alma de nuestro Ser más interior, podría no estar en armonía con
nuestro cuerpo. También dije que ninguna alma es, innatamente, maléfica cuando
se une a un feto. A pesar de esto, tampoco encuentra el alma, que llega al
feto, una pizarra vacía. El carácter inmortal del alma está influenciado por
todos los atributos, y el temperamento, del cerebro, todo lo cual reta a la
madurez del alma. He dicho que hay almas que son más susceptibles que otras a
caer presas de influencias negativas de la vida. La mayoría de los casos de
este libro muestran almas que combaten, o trabajan, en conjunción armoniosa, con
sus cuerpos. Las almas que combaten por la necesidad de control pueden no
mezclarse bien con un cuerpo cuyo ego está dispuesto a la confrontación. Por
otra parte, de acuerdo con su cuerpo anfitrión, un alma cauta, de baja energía,
podría escoger un cuerpo de temperamento físico poco pasivo o introvertido, con
el fin de fomentar coraje o audacia.
Cuando
un alma se une a un nuevo bebé, puedo estar bastante seguro de que la
asociación se dirigirá tanto a los defectos del alma como a los de la mente y cuerpo
que necesita a esa alma en particular. Los proyectistas nos escogen cuerpos,
con la intención de combinar los defectos de nuestro carácter con ciertos
temperamentos del cuerpo, para producir combinaciones de personalidad específicas.
Clientes que son médicos, y psicólogos, me han permitido adquirir una breve perspectiva
anatómica de la entrada de las almas en el cerebro en desarrollo del feto. El
caso 66 es un ejemplo. La sugerencia post hipnótica ha permitido que, clientes profesionales
de estos campos de la medicina esbocen, de manera simplificada, lo que trataban
de decir sobre esta unión de alma y cuerpo mientras estaban bajo hipnosis. Esto
me ha ayudado a entender.
Niúton. Me gustaría
saber si la transición inicial, dentro del feto, es siempre igual para usted.
SUJETO. No, no lo es.
Incluso aunque tuviera visión de Rayos X, para observar la mente del niño
durante la Selección de Vida, mi entrada aún así podría ser desastrosa.
Niúton. Déme su ejemplo
más reciente de una entrada difícil.
SUJETO. Hace tres vidas
me uní a un cerebro muy rígido y nada receptivo. Él sentía que mi presencia era
invasora. Esto era anómalo, porque la mayoría de mis cuerpos anfitriones
siempre aceptaron mi presencia. Normalmente, se me considera un nuevo compañero
de juego.
Niúton. ¿Me dice que
este anfitrión, en particular, le sentía como una presencia extraña que debía
rechazar?
SUJETO. No. Era una
mente embotada, con densos paquetes de energía. Mi llegada fue una intrusión en
su falta de actividad mental. Había, aislamiento entre áreas del cerebro, creando
resistencia a, digamos, a la comunicación. Las mentes letárgicas requieren
mayor esfuerzo de mi parte. Se resisten al cambio.
Niúton. ¿Cambio, de qué?
SUJETO. De mi ser, en
ese espacio. Se requería de algún tipo de reacción, para tratar con este hecho.
Provoqué que esa mente pensara, y no era una mente curiosa. Empecé presionando
botones y encontré que no quería intimar conmigo.
Niúton. ¿Qué esperaba?
SUJETO. De la revisión de
lo visto en la esfera, (es decir, el Anillo del Destino), pude ver el resultado
final de una mente adulta, pero no vi todas las dificultades que tendría con la
mente del bebé, cuando era nueva.
Niúton. Ya veo. Y, ¿dice
que esa mente consideraba su intrusión como una amenaza?
SUJETO. No, sólo una molestia.
Con el tiempo me aceptó, y el niño y yo nos adaptamos uno al otro.
Niúton. Vayamos a su
comentario sobre presionar botones. Por favor, explíqueme, qué significa para
usted una entrada normal en un feto de su elección.
SUJETO. Cuando entro en
un cerebro en desarrollo, suelo hacerlo hacia el cuarto mes del embarazo, nuestros
guías son flexibles en este punto, pero nunca entro después del sexto. Cuando ingreso
en el vientre de la madre, creo una luz roja de energía apretada, y la dirijo,
de arriba a abajo, por la columna vertebral del bebé, siguiendo una red de
neuronas hasta el cerebro.
Niúton. ¿Por qué lo
hace?
SUJETO. Me habla de la
eficiencia de la transmisión del pensamiento, (los reguladores sensoriales)...
Niúton. ¿Qué hace a
continuación?
SUJETO. Proyecto mi luz roja
alrededor de la duramadre, (la membrana más externa que cubre el cerebro), suavemente.
Niúton. ¿Por qué luz
roja?
SUJETO. Esto me permite
ser, especialmente sensible a los sentimientos físicos de esta nueva persona. Mezclo
el calor de mi energía con el gris azulado de la materia cerebral. Antes de
llegar aquí el cerebro es, simplemente, gris. Lo que hago es encender las luces,
en un cuarto oscuro, con un árbol en el centro.
Niúton. Me perdí.
Explíqueme lo del árbol.
SUJETO. (con intensidad).
El árbol es el tallo (cerebral). Me sitúo entre los dos hemisferios del cerebro,
para tener un puesto junto al cuadrilátero, y ver cómo funcionará el sistema.
Luego me muevo por las ramas del árbol para estudiar el sistema de circuito
cerebral. Deseo saber cuan densa es la energía en las fibras que rodean la
vuelta del córtex cerebral, que se despliega en torno al tálamo. Quiero
aprender cómo pensará y sentirá las cosas, este cerebro.
Niúton. ¿Qué importancia
tiene la densidad de energía, o su falta, en el cerebro?
SUJETO. Una mente, que
tiene excesiva densidad en ciertas áreas significa que tiene bloqueos que
inhiben los puentes entre actividad neuronal eficiente. Si puedo, con mi
energía deseo hacer algunos ajustes en estos caminos bloqueados, ya sabe,
mientras el cerebro aún se forma.
Niúton. ¿Puede influir
en cómo se desarrolla el cerebro?
SUJETO. (se ríe de mí).
¡Por supuesto! ¿Creía que las almas éramos, solo, pasajeros en un tren? Yo
estimulo esas áreas, siempre de manera sutil.
Niúton. (deliberadamente
lerdo). Bien. Pensaba que usted y el bebé, son ambos muy pequeños para la forma
en que usted despliega la inteligencia en el comienzo.
SUJETO. (risas). No,
hasta el nacimiento.
Niúton. ¿Dice que puede
mejorar la función de las ondas cerebrales con toda esa actividad que ha
descrito?
SUJETO. Esa es nuestra expectativa.
La idea es concordar tus capacidades y niveles vibratorios con los ritmos
naturales de las ondas cerebrales, su flujo eléctrico, del niño. Pienso que mis
cuerpos anfitriones están muy agradecidos por mi ayuda en mejorar la velocidad
de pensamiento a través de puentes. Aunque esto podría ser más, bien, un un
deseo.
Niúton. ¿Qué ve en el
futuro para el cerebro, con su continua evolución y la influencia del estímulo
de las almas?
SUJETO. Telepatía
mental.
Ciertamente, he tenido almas más jóvenes que parecen ser más inactivas,
tras entrar en un cuerpo, que el caso 66. Pero esto puede ser mejor que agitar
al niño con un alma aún inepta por exceso de pasión, o falta de experiencia. La
mayoría de las almas indaga su cuerpo anfitrión en busca de información, pero de
una forma que podríamos describir como, "cosquilleando al bebé para agradarle".
Esencialmente, este es un período importante para la integración cuerpo alma,
con la madre entrando, mentalmente, en este proceso de ponerse al corriente. En
modo alguno, el trabajo del alma se limita solo al cerebro. La energía del alma
se irradia a todo el cuerpo del niño.
El cliente del caso 66 es
un médico. Mi siguiente caso, sobre la unión de dos entidades para formar un
todo, a medida que una nueva vida comienza, viene de un cliente no relacionado
con la medicina, Cada alma tiene sus propias preferencias sobre cuándo y cómo desean
entrar en el feto. El siguiente caso nos da una idea del procedimiento
utilizado por un alma muy atenta, y evolucionada.
Niúton. Dígame cómo es
entrar en la mente de un bebé, y cuándo lo hace, generalmente.
SUJETO. Al principio
pienso en ello como si se tratara de un compromiso. Entré a mi cuerpo actual,
en el octavo mes de embarazo. Prefiero ingresar en la etapa final, cuando el
cerebro es mayor y, por tanto, tengo más con lo qué trabajar durante el
acoplamiento.
Niúton. ¿No es un inconveniente entrar tan tarde? Quiero
decir, tendrá que tratar con un individuo mucho más independiente.
SUJETO. Algunos de mis
amigos piensan así, yo no. Quiero ser capaz de hablar con el niño cuando ya hay
percepción mutua.
Niúton. (haciéndome el
torpe, para provocar una respuesta). Hablar, hablar a un feto. ¿Qué me dice...?
SUJETO. (se ríe de mí).
Por supuesto. Interactuamos con el niño.
Niúton. Déjeme pensar
esto despacio. ¿Quién dice, qué, primero?
SUJETO. El bebé puede
decir, "¿quién eres?". Le contesto, "un amigo que ha venido a
jugar, y a ser parte de ti".
Niúton. (con deliberada
provocación). ¿No es eso engañoso? Usted no ha venido a jugar. Viene a ocupar
esa mente.
SUJETO. ¡Por favor! ¿Con
quién ha hablado sobre esto? Esa mente, y mi alma, fueron creadas para estar
juntas. ¿Crée que soy una especie de intruso extraño en la Tierra? Me he unido
con bebés que me dieron la bienvenida como si me esperaran.
Niúton. Hay almas que
han tenido una experiencia diferente.
SUJETO. Mire, conozco
almas que son torpes. Llegan como elefante en cacharrería, con ansia desmedida
por empezar a cumplir una agenda. Tanta energía frontal, a un tiempo, levanta
resistencias.
Niúton. En su vida
actual, ¿estaba el bebé plenamente ansioso por su entrada?
SUJETO. No, aún no saben
lo suficiente como para experimentar ansiedad. Comienzo acariciando el cerebro.
Inmediatamente, soy capaz de proyectar cálidos pensamientos de amor y
camaradería. La mayoría de los bebés, simplemente, me aceptan como una parte de
ellos mismos. Unos pocos se resisten, como mi actual cuerpo.
Niúton. ¿De veras? ¿Qué
fue atípico con este feto?
SUJETO. No fue gran
cosa. Sus pensamientos eran, "ahora que estás aquí, ¿quién voy a ser
yo?".
Niúton. Creo que sí es
gran cosa. Básicamente, el bebé está reconociendo que su identidad depende de
usted.
SUJETO. (pacientemente).
El bebé ha comenzado a preguntarse, "¿quién soy?". Algunos son más
conscientes de eso que otros. Unos pocos se resisten, porque, para ellos, somos
una irritación en su inicio inerte, como una perla en una ostra.
Niúton. Entonces, ¿No
cree que el bebé piensa que se le fuerza a rendir algo de su individualidad?
SUJETO. No. Hemos venido
como almas para dar al bebé, profundidad
de personalidad. Su ser, mejora con nuestra presencia. Sin nosotros,
funcionarían, en su mayor parte, como frutas sin madurar.
Niúton. ¿Pero el bebé
entiende algo de esto antes de nacer?
SUJETO. Sólo sabe que
quiero que seamos amigos para hacer cosas juntos. Comenzamos por comunicarnos
con cosas sencillas, tales como una posición cómoda en el vientre de la madre.
Ha habido ocasiones en las que el cordón umbilical se ha enrollado en el cuello
del bebé y yo le he calmado, evitando que se retorciera y pusiera las cosas
peor.
Niúton. Por favor,
continúe explicando cómo asiste al bebé.
SUJETO. Preparo al bebé
para el nacimiento, que va a ser impactante cuando suceda. Imagínese ser
forzado a salir del lugar cálido, cómodo y seguro, que es el vientre de la
madre para encontrarse con las luces brillantes de un hospital, el ruido, tener
que respirar aire, ser manipulado. El bebé aprecia mi ayuda porque, mi
primordial objetivo ahora, es combatir su miedo, apaciguando al cerebro,
asegurándole que todo irá muy bien.
Niúton. Me pregunto cómo
era la situación de los bebés antes de que las almas llegaran a ayudarles.
SUJETO. Entonces el
cerebro era demasiado primitivo para conceptuar el trauma del nacimiento. Había
poca conciencia, (risas). Por supuesto, yo no rondaba en aquellos días.
Niúton. ¿Es capaz usted
de calmar, de alguna manera, a las madres desasosegadas?
SUJETO. Debemos
ser competentes. Durante mucho tiempo tuve poca, o ninguna, influencia en mis
madres, si estaban atemorizadas, tristes o disgustadas durante el embarazo. Usted
debe ser capaz de sincronizar sus vibraciones energéticas, tanto con los ritmos
naturales del cuerpo del niño como con los de la madre. Debe armonizar tres grupos
de niveles de ondas, incluidas las propias, para reconfortar a la madre. Podría
hacer, incluso, que el bebé de una patadita a su madre para que sepa que
estamos bien.
Niúton. Luego viene el
nacimiento. ¿Supongo que el trabajo duro de la fusión acabó?
SUJETO. Para ser honrado,
para mí, la fusión todavía no está completa. Le hablo a mi cuerpo como si fuera
una segunda entidad hasta la edad los, seis años. Es mejor no forzar la fusión
completa. Durante un tiempo, jugamos como dos personas.
Niúton. He notado que
muchos niños pequeños hablan consigo mismo, como si tuvieran un amigo
imaginario, un compañero de juego invisible. ¿Es ese amigo, su alma?
SUJETO. (sonriendo
abiertamente). Así es, aunque nuestros guías también disfrutan jugando con
nosotros como niños pequeños. Y, ¿también ha notado que los ancianos hablan
solos, a menudo? A su manera, se están preparando para la separación, en el
otro extremo de la vida.
Niúton. En general, ¿cómo
se siente regresando a la Tierra, una vida tras otra?
SUJETO. Como un regalo.
Este es un planeta polifacético. Seguro que este lugar trae pena, congoja,
pero, también, es tan delicioso e increíblemente hermoso. El cuerpo humano es
una maravilla de forma y estructura. Nunca dejo de sorprenderme por cada nuevo
cuerpo, por las muchas maneras en las que puedo expresarme en él,
especialmente en la más importante, el amor.