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martes, 2 de octubre de 2012

Capítulo 10 . Nuestro Camino Espiritual






Capítulo 10.



Nuestro Camino Espiritual

 

 El concepto de nuestra resurrección en seres que pertenecen a un reino eterno, se remonta a la antigüedad de la especie humana. Desde nuestros tempranos orígenes, hemos creído que la vida, y el período después de la vida, están sostenidos por una inteligencia divina que constituye un solo, y unificado, todo. Este tipo de sentimientos proviene de los recuerdos de muchas personas que he llevado de regreso a la edad de piedra. Desde entonces, durante generaciones, hemos pensado en el mundo de las almas como otro estado de la conciencia más que como un lugar abstracto. La vida después de la vida se consideraba una simple prolongación de la vida física, y creo que el mundo está retornando a estos conceptos, bellamente expresados por Spinoza, quien dijo, "todo el cosmos es una sustancia simple de la cual somos parte. Dios no es una manifestación externa sino, todo lo que es".

                Considero que leyendas como la Atlántida, y la de, Shangri-Lá, (el imaginario y remoto paraíso en la Tierra, basado en la novela, Horizontes Lejanos, de Yéims Jílton), tienen sus orígenes en el eterno deseo que sentimos de recuperar una Utopía que existió una vez, y ahora está perdida. En la mente superconsciente de cada persona que he colocado bajo profunda hipnosis yace el recuerdo de un hogar Utópico. Originalmente, el concepto de Utopía pretendía ilustrar ideas, no una sociedad. Mis clientes ven el mundo del espíritu como una comunidad de ideas. En este sentido, la vida después de la vida implica autopurificación de pensamiento. Los seres que aún encarnan se encuentran muy lejos de la perfección, como se muestra en mis casos. No obstante, podemos pensar, justificadamente, en nuestra existencia en el mundo del espíritu como en una Utopía puesto que hay una armonía universal de espíritu. La rectitud, honradez, humor y amor, son fundamentos primordiales de nuestra vida después de la vida.
                Tras leer la información contenida en este libro, sé que puede parecer cruel que la Utopía de nuestros sueños exista dentro de todos nosotros, pero bloqueada en nuestra memoria consciente por una amnesia. Cuando algunos de estos bloqueos se vencen por medio de la hipnosis, la meditación, la oración, la canalización, el yoga, la imaginación guiada y los sueños, o un estado mental alcanzado mediante esfuerzo físico excesivo, hay una sensación de fortalecimiento personal. Hace unos 2.400 años, Platón escribió sobre la reencarnación diciendo que las almas debían atravesar el Lethe, el Río del Olvido, cuyas aguas producían la pérdida del recuerdo de nuestra verdadera naturaleza.
                Las verdades sagradas de nuestra historia etérica pueden recuperarse hoy porque somos capaces de evadir la mente consciente y alcanzar aquel subconsciente que no se sumergió en el Río del Olvido. Nuestro Ser superior nos recuerda los triunfos pasados, y las transgresiones, de una forma selectiva, susurrándonos a través del tiempo y del espacio. Nuestros guías personales se empeñan en darnos lo mejor de ambos mundos, el etéreo y el material. Cada nuevo bebé nos da un nuevo comienzo de manera fresca, con un futuro abierto. Nuestros maestros espirituales desean procurarnos una oportunidad kármica sin las restricciones de conocer aquellas trampas que experimentamos en vidas pasadas. Ellos llegan a ser más indulgentes con la amnesia, de manera selectiva, a medida que nos comprometemos en el autodescubrimiento. Este es nuestro mejor camino a la sabiduría.
                La pregunta que se me ha hecho mas a menudo es la de, por qué los bloqueos de amnesia sobre nuestra vida espiritual se relajan para permitir la investigación dentro del mundo del espíritu. He meditado mucho sobre esta cuestión porque ahora, en el siglo 21, espero que los jóvenes hipnoterapeutas vayan más lejos de lo que mi generación ha sido capaz de lograr, en cuanto a la apertura de la mente espiritual. Pienso que la razón de nuestra habilidad para descubrir más, acerca de los misterios de la vida al otro lado, es resultado directo de vivir las postrimerías del siglo 20.
                El avance innovador de nuevas técnicas de hipnosis también debe tenerse en consideración. Sin embargo, pienso que hay razones más apremiantes por las que nuestra amnesia se ha vuelto menos restrictiva en los últimos treinta años. Nunca antes una variedad tan grande de drogas penetró en la población humana. Estas sustancias químicas, que alteran la mente, aprisionan el alma dentro de un cuerpo entorpecido por una niebla mental. La esencia del alma es incapaz de expresarse a través de una mente adicta a las drogas. Siento que los planificadores o proyectistas del otro lado han perdido la paciencia con este aspecto de la sociedad humana. Pero también hay otras razones. Mientras el siglo 20 termina y seguimos al 21, vivimos en una mundo frenético, encolerizado, superpoblado, medioambientalmente degradado. La destrucción masiva de nuestro planeta en el último siglo no tiene parangón en la historia de la humanidad.
                A pesar de estos comentarios, no tengo una visión negra del futuro. Puede ser cierto que, para las personas que viven en una era, todo tiempo pasado fue mejor y su tiempo parece más decadente que el anterior. Sin embargo, en los últimos cien años hemos logrado enormes avances en lo cultural, político y económico. En muchos aspectos, el mundo es un lugar mucho más seguro de lo que lo era en 1950. Internacionalmente, más que nunca, las naciones tienen mayor conciencia social y compromiso por trabajar por la paz tras una larga historia de monarquías y dictaduras, muy evidentes en los comienzos del siglo 20. Lo que encaramos en el siglo 21 es la erosión del individualismo y la dignidad humana en una sociedad superpoblada, dominada por el materialismo. La globalización, el despliegue urbano y la grandeza mal expresada, son fórmulas de soledad y desunión. Muchos no creen en cosa alguna, salvo en sobrevivir.
                Creo que se ha abierto una puerta espiritual a nuestra inmortalidad porque el negarnos este conocimiento ha demostrado ser contraproducente. En el mundo del espíritu que he conocido con mi experiencia profesional, si algo no funciona en la Tierra, puede cambiarse. Los bloqueos de amnesia comenzaron a colocarse en los seres humanos para prevenir respuestas condicionadas ante ciertos sucesos kármicos. Sin embargo, los beneficios de la amnesia ya no superaran los inconvenientes de una vida inmersa en el vacío de la apatía químicamente inducida por las drogas. Hay demasiadas personas tratando de escapar de la realidad porque no ven que su identidad tiene propósito o significado. Drogas y alcohol aparte, en las sociedades superpobladas y altamente tecnificadas del mundo, la gente padece vacuidad de espíritu a causa de gobernarse sólo con los sentidos de su ego. Hay poca, o ninguna, conexión con su verdadero Ser.
                Puesto que cada uno de nosotros es un ser único, diferente de todos los demás, incumbe a aquéllos que desean paz interna encontrar su espiritualidad. Cuando nos alineamos completamente a sistemas de creencias basados en la experiencia de otra gente siento que, en el proceso, perdemos algo de nuestra propia individualidad. El camino de nuestro autodescubrimiento, y el moldeado de nuestra propia filosofía no diseñada por doctrinas, requiere gran esfuerzo pero la recompensa es enorme. Hay muchas rutas para lograr esta meta que comienzan confiando en uno mismo. El escritor francés, Camí, nos dijo. "tanto lo racional, como lo irracional, conducen al mismo entendimiento. En verdad, el camino viajado importa poco; basta el deseo de llegar".
                Las visiones de la vida después de la vida reposan dentro de cada uno, como en un santuario, mientras viajamos por la maraña de sendas terrenales. Las dificultades para descubrir fragmentos de nuestro hogar eterno se deben, en gran medida, a las distracciones que ofrece la vida. No es malo aceptar la vida tal como es, sin hacer preguntas y asumiendo que, al final, pasará lo que se supone que debe pasar. Sin embargo, para aquellos con desean conocer más, la simple aceptación de la vida es algo completamente insatisfactorio. Los misterios de la vida lanzan un grito pidiendo atención a algunos viajeros, como si estar vivo fuera el tener algún propósito.
                En la búsqueda de nuestro propio camino a la espiritualidad es sabio preguntarse, "¿en qué clase de código de comportamiento creo?". Algunos teólogos sugieren que las personas no religiosas atentan contra la moral y la responsabilidad ética dictada al hombre por escrituras de una autoridad superior. Sin embargo, después de la muerte no somos evaluados por nuestras asociaciones religiosas sino, más bien, por nuestra conducta y nuestros valores. En el mundo del espíritu con el que me he familiarizado, somos medidos más por lo que hacemos a los otros que a nosotros mismos. Si la actividad religiosa tradicional sirve a tus propósitos, y te provee de sostén espiritual, probablemente estarás motivado por la creencia en escrituras y, tal vez, por el deseo de solidaridad en el culto. Los mismos alicientes son ciertos con personas que se unen a grupos metafísicos y derivan su satisfacción en el seguir ideas prescritas en textos espirituales, y en compañía de personas con mentalidad similar. Aunque estas prácticas pueden confortar y edificar tu crecimiento espiritual, debemos reconocer que estos caminos no se ajustan a todos.
                Si no hay paz interior, no importa qué tipo de afiliación espiritual tienes. La desconexión aumenta cuando nos alejamos de nuestra fuerza interior y asumimos la posición de que estamos solos, sin guía espiritual, porque nadie nos escucha escaleras arriba. Siento profundo respeto por aquellas personas que mantienen su fe en algo porque, durante mucho tiempo, no tuve sólidos fundamentos espirituales a pesar de mi búsqueda para conseguirlos. Hay ateos y agnósticos, que asumen la posición de que, puesto que la religión y el conocimiento espiritual no se pueden basar en pruebas naturales o irrefutables, ambos son inaceptables. Para los escépticos, la fe no es un conocimiento verdaderamente revelado. En cierta forma me identifico con estas personas porque un día fui uno de ellos. Mi fe, a partir de ahí, empezó lentamente, como resultado de mi participación con pacientes en sesiones de hipnosis. Esta es una disciplina en la que creía profesionalmente desde antes de mis descubrimientos en la investigación de la vida entre vidas. Sin embargo, mi conciencia espiritual también fue resultado de años de meditación personal e introspección con relación a esta investigación.
                La percepción espiritual debe ser una búsqueda individual o no tendrá significado alguno. Somos influenciados, grandemente, por nuestra realidad inmediata, y podemos actuar sobre esa realidad un paso cada vez, sin la necesidad de tener que ver muy lejos en la distancia. Incluso los pasos en la dirección equivocada nos brindan la oportunidad de experimentar en los muchos caminos diseñados para enseñarnos. Para traer armonía al ser espiritual con nuestro ambiente físico, se nos da la facultad de poder elegir ejercer el libre albedrío en la búsqueda de las razones por las que estamos aquí. En el camino de la vida, debemos asumir responsabilidad de todas nuestras decisiones, sin culpar a otros por los contratiempos de la vida que traigan infelicidad.
                Como ya mencioné, para ser efectivos en nuestra misión se espera que ayudemos a los a otros en sus senderos cada vez que sea posible. Ayudando a los otros nos ayudamos a nosotros mismos. El abrirnos a los otros se inhibe cuando alimentamos nuestra singularidad al punto de quedar absortos en nosotros mismos. Sin embargo, ser un terrateniente, ausente en tu propia casa, te hace igualmente ineficaz como persona. No se te dio tu cuerpo por accidente de la naturaleza. Fue seleccionado para ti por consejeros espirituales, tras analizar otros cuerpos anfitriones ofrecidos como alternativa. Tú estuviste de acuerdo en aceptar el cuerpo que tienes ahora. Por tanto, no eres víctima de las circunstancias. Estás comprometido con tu cuerpo para ser un participante activo en la vida, y no un espectador. No debemos perder de vista la idea de que hemos aceptado un sagrado contrato de vida, y eso significa que los papeles que interpretamos en la Tierra son, en realidad, más grandes que nosotros mismos.
             Nuestra energía espiritual fue creada por una autoridad superior que podemos reconocer en nuestro estado actual de desarrollo. Por eso, debemos enfocarnos en quienes somos como persona, para hallar ese fragmento de divinidad que reside en nuestro interior. Las únicas limitaciones a la compresión personal son las que nos imponemos. Si las sendas espirituales de los otros no tienen relevancia para ti, eso no significa que el camino planeado para tus necesidades no exista. La razón para ser lo que somos, es la mayor verdad de la vida. Si una persona no puede encontrar un aspecto de esa verdad manifestado en ella, no tiene porqué ser eso cierto, también, para otra persona en circunstancia o lugar distinto.
                En esencia, estamos solos con nuestra alma, pero la gente que se siente sola es que no se ha encontrado a sí misma. El autodescubrimiento del alma debe hacerse con la autoposesión. La captura de nuestra esencia individual es como enamorarse. Algo que dentro de ti yace dormido, se despierta en tu vida gracias a un estímulo. Al principio, el alma flirtea, coquetea contigo, te tienta para que prosigas con delicias que solo se ven desde la distancia. La atracción inicial del autodescubrimento empieza con un, casi, toque juguetón de la mente inconsciente sobre la consciente. A medida que la intensidad de querer poseer plenamente nuestro Ser interno crece, somos atraídos, irresistiblemente, hacia una más íntima conexión. Conocer nuestra alma llega a ser un matrimonio de fidelidad con el Ser propio. El aspecto fascinante del autodescubrimiento es que, cuando oyes esa voz interior, instantáneamente la reconoces. De acuerdo con mi práctica, estoy convencido de que todos en este planeta tienen un guía espiritual personal. Los guías espirituales hablan a nuestra mente interna si estamos receptivos. Mientras que a unos guías se les contacta mejor que a otros, cada unos de nosotros tiene la habilidad de llamarlos y de ser oídos por estos guías.
                No existen accidentes en la vida, auque la gente esté confusa por lo que percibe como aleatorio. Es esta filosofía de la aleatoriedad la que empece los pensamientos de existencia de un orden espiritual, pues llega a ser fácil seguir al próximo paso de asumir que no tenemos control en nuestras vidas, y que el tratar de encontrarnos es algo sin sentido pues no se podría hacer algo al respecto. Creer en la aleatoriedad de los sucesos influencia negativamente nuestra reacción ante situaciones y nos evita pensar sobre la explicación de las mismas. Con este punto de vista fatalista en la vida, decimos, "es la voluntad de Dios" o, incluso, "es mi karma", y todo ello, a la larga, contribuye a la inacción y a la pérdida de propósito en la vida.
                Aquello que es importante en la vida viene en pequeños pedazos, o grandes trozos, todo a la vez. Nuestra conciencia puede llevarnos más allá de lo que creemos que es nuestro destino original. El karma es la puesta en acción de esas condiciones en nuestro camino, para fomentar el aprendizaje. El concepto de una Fuente, orquestando todo esto, no debe considerarse pretencioso. La exterioridad espiritual espera la reunificación con un Creador tras la muerte, mientras que la interioridad cada día se siente una parte de la Unidad. El conocimiento espiritual nos llega en momentos tranquilos, introspectivos y sutiles, que se manifiestan mediante el poder de un sencillo pensamiento.
                La vida es un asunto de constante cambio hacia la realización. Nuestro lugar en el mundo hoy, puede ser otro mañana. Debemos aprender a adaptarnos a estas diferentes perspectivas de la vida porque esto, también, es parte del plan de nuestro desarrollo. Al hacerlo, se produce una trascendencia del Ser, desde el proceso oculto de un caparazón exterior temporal a aquello que yace profundamente, dentro de la mente permanente del alma. Para elevar la mente humana de los sentimientos de desencanto, debemos expandir nuestra conciencia al tiempo que nos perdonamos por nuestros errores. Creo que, para nuestra salud mental, es vital reírse de nosotros mismos, y de los absurdos apuros en los que nos metemos a lo largo del camino de la vida. La vida está llena de conflictos y la lucha, el dolor y la felicidad que experimentamos, son las razones por las que nuestro ser está aquí. Cada día es un nuevo comienzo.
                Tengo una última cita que viene de un alma que se preparaba para otra salida, desde el mundo del espíritu y en nueva reencarnación, a la Tierra. Creo que este comentario ofrece una conclusión adecuada al libro.



   Venir a la Tierra es como viajar, desde nuestro hogar, a una tierra extranjera. Algunas cosas parecen familiares, pero la mayoría son extrañas hasta que nos acostumbramos a ellas, especialmente, a condiciones que son inolvidables. Nuestro verdadero hogar es un lugar de absoluta paz, total aceptación y completo amor. Cuando nos alejamos del hogar, no podemos seguir asumiendo que estas bellas características seguirán presentes con nosotros allá a donde vayamos.
     En la Tierra, debemos aprender a enfrentar la intolerancia, la ira y la tristeza, mientras buscamos la felicidad y el amor. No debemos perder nuestra integridad a lo largo del camino, sacrificando la bondad por sobrevivir, ni adquirir actitudes de superioridad o inferioridad ante quienes nos rodeen.
     Sabemos que vivir en un mundo imperfecto nos ayudará a apreciar el verdadero significado de la perfección. Pedimos coraje y humildad antes del viaje a una nueva vida.
     Tanto como crezca nuestra conciencia, lo hará la calidad de nuestra existencia. Así es cómo se nos prueba. Pasar esta prueba es nuestro destino.

DICHO QUEDA.





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