Capítulo
10.
Nuestro Camino Espiritual
El concepto de nuestra resurrección en seres que pertenecen a un reino eterno, se remonta a la antigüedad de la especie humana. Desde nuestros tempranos orígenes, hemos creído que la vida, y el período después de la vida, están sostenidos por una inteligencia divina que constituye un solo, y unificado, todo. Este tipo de sentimientos proviene de los recuerdos de muchas personas que he llevado de regreso a la edad de piedra. Desde entonces, durante generaciones, hemos pensado en el mundo de las almas como otro estado de la conciencia más que como un lugar abstracto. La vida después de la vida se consideraba una simple prolongación de la vida física, y creo que el mundo está retornando a estos conceptos, bellamente expresados por Spinoza, quien dijo, "todo el cosmos es una sustancia simple de la cual somos parte. Dios no es una manifestación externa sino, todo lo que es".
Considero que
leyendas como la Atlántida, y la de, Shangri-Lá, (el imaginario y remoto paraíso
en la Tierra, basado en la novela, Horizontes Lejanos, de Yéims
Jílton), tienen sus orígenes en el eterno deseo que sentimos de recuperar una Utopía
que existió una vez, y ahora está perdida. En la mente superconsciente de cada
persona que he colocado bajo profunda hipnosis yace el recuerdo de un hogar Utópico.
Originalmente, el concepto de Utopía pretendía ilustrar ideas, no una sociedad.
Mis clientes ven el mundo del espíritu como una comunidad de ideas. En este
sentido, la vida después de la vida implica autopurificación de pensamiento. Los
seres que aún encarnan se encuentran muy lejos de la perfección, como se
muestra en mis casos. No obstante, podemos pensar, justificadamente, en nuestra
existencia en el mundo del espíritu como en una Utopía puesto que hay una
armonía universal de espíritu. La rectitud, honradez, humor y amor, son
fundamentos primordiales de nuestra vida después de la vida.
Tras
leer la información contenida en este libro, sé que puede parecer cruel que la
Utopía de nuestros sueños exista dentro de todos nosotros, pero bloqueada en
nuestra memoria consciente por una amnesia. Cuando algunos de estos bloqueos se
vencen por medio de la hipnosis, la meditación, la oración, la canalización, el
yoga, la imaginación guiada y los sueños, o un estado mental alcanzado mediante
esfuerzo físico excesivo, hay una sensación de fortalecimiento personal. Hace
unos 2.400 años, Platón escribió sobre la reencarnación diciendo que las almas
debían atravesar el Lethe, el Río del Olvido, cuyas aguas producían la pérdida
del recuerdo de nuestra verdadera naturaleza.
Las verdades sagradas de nuestra historia etérica pueden recuperarse
hoy porque somos capaces de evadir la mente consciente y alcanzar aquel
subconsciente que no se sumergió en el Río del Olvido. Nuestro Ser superior nos
recuerda los triunfos pasados, y las transgresiones, de una forma selectiva,
susurrándonos a través del tiempo y del espacio. Nuestros guías personales se
empeñan en darnos lo mejor de ambos mundos, el etéreo y el material. Cada nuevo
bebé nos da un nuevo comienzo de manera fresca, con un futuro abierto. Nuestros
maestros espirituales desean procurarnos una oportunidad kármica sin las restricciones
de conocer aquellas trampas que experimentamos en vidas pasadas. Ellos llegan a
ser más indulgentes con la amnesia, de manera selectiva, a medida que nos
comprometemos en el autodescubrimiento. Este es nuestro mejor camino a la
sabiduría.
La pregunta que se me ha hecho mas a
menudo es la de, por qué los bloqueos de amnesia sobre nuestra vida espiritual
se relajan para permitir la investigación dentro del mundo del espíritu. He
meditado mucho sobre esta cuestión porque ahora, en el siglo 21, espero que los
jóvenes hipnoterapeutas vayan más lejos de lo que mi generación ha sido capaz
de lograr, en cuanto a la apertura de la mente espiritual. Pienso que la razón
de nuestra habilidad para descubrir más, acerca de los misterios de la vida al
otro lado, es resultado directo de vivir las postrimerías del siglo 20.
El avance innovador de nuevas técnicas
de hipnosis también debe tenerse en consideración. Sin embargo, pienso que hay
razones más apremiantes por las que nuestra amnesia se ha vuelto menos
restrictiva en los últimos treinta años. Nunca antes una variedad tan grande de
drogas penetró en la población humana. Estas sustancias químicas, que alteran
la mente, aprisionan el alma dentro de un cuerpo entorpecido por una niebla
mental. La esencia del alma es incapaz de expresarse a través de una mente
adicta a las drogas. Siento que los planificadores o proyectistas del otro lado
han perdido la paciencia con este aspecto de la sociedad humana. Pero también
hay otras razones. Mientras el siglo 20 termina y seguimos al 21, vivimos en
una mundo frenético, encolerizado, superpoblado, medioambientalmente degradado.
La destrucción masiva de nuestro planeta en el último siglo no tiene parangón
en la historia de la humanidad.
A pesar de estos comentarios, no tengo
una visión negra del futuro. Puede ser cierto que, para las personas que viven
en una era, todo tiempo pasado fue mejor y su tiempo parece más decadente que
el anterior. Sin embargo, en los últimos cien años hemos logrado enormes
avances en lo cultural, político y económico. En muchos aspectos, el mundo es
un lugar mucho más seguro de lo que lo era en 1950. Internacionalmente, más que
nunca, las naciones tienen mayor conciencia social y compromiso por trabajar
por la paz tras una larga historia de monarquías y dictaduras, muy evidentes en
los comienzos del siglo 20. Lo que encaramos en el siglo 21 es la erosión
del individualismo y la dignidad humana en una sociedad superpoblada, dominada
por el materialismo. La globalización, el despliegue urbano y la grandeza mal
expresada, son fórmulas de soledad y desunión. Muchos no creen en cosa alguna, salvo
en sobrevivir.
Creo que se ha abierto una puerta
espiritual a nuestra inmortalidad porque el negarnos este conocimiento ha
demostrado ser contraproducente. En el mundo del espíritu que he conocido con
mi experiencia profesional, si algo no funciona en la Tierra, puede cambiarse.
Los bloqueos de amnesia comenzaron a colocarse en los seres humanos para prevenir
respuestas condicionadas ante ciertos sucesos kármicos. Sin embargo, los
beneficios de la amnesia ya no superaran los inconvenientes de una vida inmersa
en el vacío de la apatía químicamente inducida por las drogas. Hay demasiadas
personas tratando de escapar de la realidad porque no ven que su identidad
tiene propósito o significado. Drogas y alcohol aparte, en las sociedades superpobladas
y altamente tecnificadas del mundo, la gente padece vacuidad de espíritu a
causa de gobernarse sólo con los sentidos de su ego. Hay poca, o ninguna, conexión
con su verdadero Ser.
Puesto
que cada uno de nosotros es un ser único, diferente de todos los demás, incumbe
a aquéllos que desean paz interna encontrar su espiritualidad. Cuando nos
alineamos completamente a sistemas de creencias basados en la experiencia de
otra gente siento que, en el proceso, perdemos algo de nuestra propia individualidad.
El camino de nuestro autodescubrimiento, y el moldeado de nuestra propia
filosofía no diseñada por doctrinas, requiere gran esfuerzo pero la recompensa
es enorme. Hay muchas rutas para lograr esta meta que comienzan confiando en
uno mismo. El escritor francés, Camí, nos dijo. "tanto lo racional, como
lo irracional, conducen al mismo entendimiento. En verdad, el camino viajado
importa poco; basta el deseo de llegar".
Las visiones de la vida después de la vida reposan dentro
de cada uno, como en un santuario, mientras viajamos por la maraña de sendas
terrenales. Las dificultades para descubrir fragmentos de nuestro hogar eterno
se deben, en gran medida, a las distracciones que ofrece la vida. No es malo
aceptar la vida tal como es, sin hacer preguntas y asumiendo que, al final,
pasará lo que se supone que debe pasar. Sin embargo, para aquellos con desean conocer
más, la simple aceptación de la vida es algo completamente insatisfactorio. Los
misterios de la vida lanzan un grito pidiendo atención a algunos viajeros, como
si estar vivo fuera el tener algún propósito.
En la búsqueda de nuestro propio camino a la espiritualidad
es sabio preguntarse, "¿en qué clase de código de comportamiento
creo?". Algunos teólogos sugieren que las personas no religiosas atentan
contra la moral y la responsabilidad ética dictada al hombre por escrituras de una
autoridad superior. Sin embargo, después de la muerte no somos evaluados por
nuestras asociaciones religiosas sino, más bien, por nuestra conducta y
nuestros valores. En el mundo del espíritu con el que me he familiarizado,
somos medidos más por lo que hacemos a los otros que a nosotros mismos. Si la
actividad religiosa tradicional sirve a tus propósitos, y te provee de sostén
espiritual, probablemente estarás motivado por la creencia en escrituras y, tal
vez, por el deseo de solidaridad en el culto. Los mismos alicientes son ciertos
con personas que se unen a grupos metafísicos y derivan su satisfacción en el
seguir ideas prescritas en textos espirituales, y en compañía de personas con
mentalidad similar. Aunque estas prácticas pueden confortar y edificar tu crecimiento
espiritual, debemos reconocer que estos caminos no se ajustan a todos.
Si no hay paz interior, no importa qué
tipo de afiliación espiritual tienes. La desconexión aumenta cuando nos
alejamos de nuestra fuerza interior y asumimos la posición de que estamos
solos, sin guía espiritual, porque nadie nos escucha escaleras arriba. Siento
profundo respeto por aquellas personas que mantienen su fe en algo porque, durante
mucho tiempo, no tuve sólidos fundamentos espirituales a pesar de mi búsqueda
para conseguirlos. Hay ateos y agnósticos, que asumen la posición de que, puesto
que la religión y el conocimiento espiritual no se pueden basar en pruebas
naturales o irrefutables, ambos son inaceptables. Para los escépticos, la fe no
es un conocimiento verdaderamente revelado. En cierta forma me identifico con
estas personas porque un día fui uno de ellos. Mi fe, a partir de ahí, empezó
lentamente, como resultado de mi participación con pacientes en sesiones de
hipnosis. Esta es una disciplina en la que creía profesionalmente desde antes
de mis descubrimientos en la investigación de la vida entre vidas. Sin embargo,
mi conciencia espiritual también fue resultado de años de meditación personal e
introspección con relación a esta investigación.
La percepción espiritual debe ser una
búsqueda individual o no tendrá significado alguno. Somos influenciados, grandemente,
por nuestra realidad inmediata, y podemos actuar sobre esa realidad un paso
cada vez, sin la necesidad de tener que ver muy lejos en la distancia. Incluso los
pasos en la dirección equivocada nos brindan la oportunidad de experimentar en
los muchos caminos diseñados para enseñarnos. Para traer armonía al ser
espiritual con nuestro ambiente físico, se nos da la facultad de poder elegir ejercer
el libre albedrío en la búsqueda de las razones por las que estamos aquí. En el
camino de la vida, debemos asumir responsabilidad de todas nuestras decisiones,
sin culpar a otros por los contratiempos de la vida que traigan infelicidad.
Como ya mencioné, para ser efectivos en
nuestra misión se espera que ayudemos a los a otros en sus senderos cada vez
que sea posible. Ayudando a los otros nos ayudamos a nosotros mismos. El
abrirnos a los otros se inhibe cuando alimentamos nuestra singularidad al punto
de quedar absortos en nosotros mismos. Sin embargo, ser un terrateniente, ausente
en tu propia casa, te hace igualmente ineficaz como persona. No se te dio tu
cuerpo por accidente de la naturaleza. Fue seleccionado para ti por consejeros
espirituales, tras analizar otros cuerpos anfitriones ofrecidos como
alternativa. Tú estuviste de acuerdo en aceptar el cuerpo que tienes ahora. Por
tanto, no eres víctima de las circunstancias. Estás comprometido con tu cuerpo
para ser un participante activo en la vida, y no un espectador. No debemos
perder de vista la idea de que hemos aceptado un sagrado contrato de vida, y
eso significa que los papeles que interpretamos en la Tierra son, en realidad,
más grandes que nosotros mismos.
Nuestra energía
espiritual fue creada por una autoridad superior que podemos reconocer en
nuestro estado actual de desarrollo. Por eso, debemos enfocarnos en quienes
somos como persona, para hallar ese fragmento de divinidad que reside en
nuestro interior. Las únicas limitaciones a la compresión personal son las que
nos imponemos. Si las sendas espirituales de los otros no tienen relevancia
para ti, eso no significa que el camino planeado para tus necesidades no
exista. La razón para ser lo que somos, es la mayor verdad de la vida. Si una
persona no puede encontrar un aspecto de esa verdad manifestado en ella, no
tiene porqué ser eso cierto, también, para otra persona en circunstancia o
lugar distinto.
En esencia, estamos solos con nuestra alma, pero la gente
que se siente sola es que no se ha encontrado a sí misma. El autodescubrimiento
del alma debe hacerse con la autoposesión. La captura de nuestra esencia
individual es como enamorarse. Algo que dentro de ti yace dormido, se despierta
en tu vida gracias a un estímulo. Al principio, el alma flirtea, coquetea
contigo, te tienta para que prosigas con delicias que solo se ven desde la
distancia. La atracción inicial del autodescubrimento empieza con un, casi, toque
juguetón de la mente inconsciente sobre la consciente. A medida que la
intensidad de querer poseer plenamente nuestro Ser interno crece, somos
atraídos, irresistiblemente, hacia una más íntima conexión. Conocer nuestra
alma llega a ser un matrimonio de fidelidad con el Ser propio. El aspecto
fascinante del autodescubrimiento es que, cuando oyes esa voz interior,
instantáneamente la reconoces. De acuerdo con mi práctica, estoy convencido de
que todos en este planeta tienen un guía espiritual personal. Los guías
espirituales hablan a nuestra mente interna si estamos receptivos. Mientras que
a unos guías se les contacta mejor que a otros, cada unos de nosotros tiene la
habilidad de llamarlos y de ser oídos por estos guías.
No
existen accidentes en la vida, auque la gente esté confusa por lo que percibe
como aleatorio. Es esta filosofía de la aleatoriedad la que empece los
pensamientos de existencia de un orden espiritual, pues llega a ser fácil
seguir al próximo paso de asumir que no tenemos control en nuestras vidas, y
que el tratar de encontrarnos es algo sin sentido pues no se podría hacer algo
al respecto. Creer en la aleatoriedad de los sucesos influencia negativamente
nuestra reacción ante situaciones y nos evita pensar sobre la explicación de
las mismas. Con este punto de vista fatalista en la vida, decimos, "es la
voluntad de Dios" o, incluso, "es mi karma", y todo ello, a la
larga, contribuye a la inacción y a la pérdida de propósito en la vida.
Aquello que es importante en la vida
viene en pequeños pedazos, o grandes trozos, todo a la vez. Nuestra conciencia
puede llevarnos más allá de lo que creemos que es nuestro destino original. El
karma es la puesta en acción de esas condiciones en nuestro camino, para
fomentar el aprendizaje. El concepto de una Fuente, orquestando todo esto, no
debe considerarse pretencioso. La exterioridad espiritual espera la
reunificación con un Creador tras la muerte, mientras que la interioridad cada
día se siente una parte de la Unidad. El conocimiento espiritual nos llega en
momentos tranquilos, introspectivos y sutiles, que se manifiestan mediante el
poder de un sencillo pensamiento.
La vida es un asunto de constante cambio
hacia la realización. Nuestro lugar en el mundo hoy, puede ser otro mañana.
Debemos aprender a adaptarnos a estas diferentes perspectivas de la vida porque
esto, también, es parte del plan de nuestro desarrollo. Al hacerlo, se produce
una trascendencia del Ser, desde el proceso oculto de un caparazón exterior
temporal a aquello que yace profundamente, dentro de la mente permanente del
alma. Para elevar la mente humana de los sentimientos de desencanto, debemos
expandir nuestra conciencia al tiempo que nos perdonamos por nuestros errores.
Creo que, para nuestra salud mental, es vital reírse de nosotros mismos, y de
los absurdos apuros en los que nos metemos a lo largo del camino de la vida. La
vida está llena de conflictos y la lucha, el dolor y la felicidad que
experimentamos, son las razones por las que nuestro ser está aquí. Cada día es
un nuevo comienzo.
Tengo
una última cita que viene de un alma que se preparaba para otra salida, desde
el mundo del espíritu y en nueva reencarnación, a la Tierra. Creo que este
comentario ofrece una conclusión adecuada al libro.
Venir a la Tierra es como viajar, desde nuestro hogar, a una tierra extranjera. Algunas cosas parecen familiares, pero la mayoría son extrañas hasta que nos acostumbramos a ellas, especialmente, a condiciones que son inolvidables. Nuestro verdadero hogar es un lugar de absoluta paz, total aceptación y completo amor. Cuando nos alejamos del hogar, no podemos seguir asumiendo que estas bellas características seguirán presentes con nosotros allá a donde vayamos.
En la Tierra, debemos aprender a enfrentar la intolerancia, la ira y la tristeza, mientras buscamos la felicidad y el amor. No debemos perder nuestra integridad a lo largo del camino, sacrificando la bondad por sobrevivir, ni adquirir actitudes de superioridad o inferioridad ante quienes nos rodeen.
Sabemos que vivir en un mundo imperfecto nos ayudará a apreciar el verdadero significado de la perfección. Pedimos coraje y humildad antes del viaje a una nueva vida.
Tanto como crezca nuestra conciencia, lo hará la calidad de nuestra existencia. Así es cómo se nos prueba. Pasar esta prueba es nuestro destino.
DICHO QUEDA.
Hola, muchisimas gracias por este blog.
ResponderEliminarMil gracias, he aprendido tanto. Esto es fascinante
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